El Presidente Sebastián Piñera estaba empezando a retomar la iniciativa. Su gobierno había logrado la aprobación de una significativa reforma política –convertir el voto en voluntario e introducir el registro automático de nuevos votantes– y el presidente estaba sosteniendo serias conversaciones con sus predecesores sobre posibles cambios al sistema político binominal, una de las reliquias de la era Pinochet (1974-1990). Y en esas circunstancias su gobierno anunció que la palabra “dictadura” sería reemplazada por “régimen militar” en los libros de texto en las escuelas para describir esa era. Esto puso al nuevo ministro de educación de Piñera, Harald Beyer, a la defensiva, y dio nuevo impulso a las protestas estudiantiles. Para complicar aún más las cosas, el gobierno también anunció una tibia agenda de reforma para 2012 y 2013, sugiriendo que las pláticas presidenciales de Piñera fueron más show que sustancia.End of preview - This article contains approximately 759 words.
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