El Partido Revolucionario Institucional (PRI) anunció esta semana que le estaba poniendo fin a su alianza con el Partido Nueva Alianza (Panal) de Elba Esther Gordillo, para las próximas elecciones presidencial y legislativas del 1 de julio. La decisión es una gran apuesta del PRI y su candidato presidencial de facto, Enrique Peña Nieto. El cálculo político es que la amenaza a la unidad del PRI por el malestar que la alianza con Panal ha causado es mucho mayor que el daño que Gordillo y su peso político podría causarle al PRI y Peña Nieto en las elecciones. Inicialmente, al menos, la apuesta ha dado resultado: ninguno de los rivales del PRI (o, más importante, de Peña Nieto) han cortejado públicamente a Gordillo, y las renuncias dentro del PRI (y, por tanto, la amenaza a la unidad del partido) parecen haberse frenado.End of preview - This article contains approximately 1216 words.
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