El fin de semana pasado (10-11 enero) el Presidente del El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, apeló a los votantes para que piensen profundamente por quién votar en las elecciones legislativas y municipales del 1 de marzo. Sánchez Cerén alegó que su gobierno necesita “apoyo” legislativo para obtener la aprobación de préstamos pendientes por más de US$600m, necesarios, según expresó, para mejorar las escuelas, el servicio de salud, los deportes y las viviendas en todo el país. La oposición política acusó a Sánchez Cerén de flagrante interferencia en la campaña electoral, que oficialmente comenzó el 31 de diciembre del 2014, y pidió al Tribunal Supremo Electoral (TSE) que lo sancione.
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