Mientras que los inversionistas en Brasil, y la prensa del país en gran medida anti-gobierno, continúan aplaudiendo a Joaquim Levy, el nuevo ministro de finanzas, él está por volverse considerablemente menos popular entre los brasileros comunes y corrientes. A inicios de esta semana, Levy anunció una serie de medidas fiscales y aumentos de impuestos, sobre los combustibles, importaciones, cosméticos, y transacciones bancarias. Los críticos señalan que a pesar de sus promesas que el impacto de la racionalización fiscal sería compartido, él aún falta que exhiba las obvias fuentes de ingreso, tales como compartir dividendos, o tomar medidas para abordar el regresivo sistema fiscal de Brasil. En el Foro Económico Mundial (WEF, siglas en inglés) en Davos, Suiza, el 21 de enero, Levy admitió que Brasil podría experimentar un trimestre de recesión este año, pero alegó que era importante para los inversionistas internacionales saber que Brasil no estaba trabajando sólo para el corto plazo.End of preview - This article contains approximately 1020 words.
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