El Presidente de Perú, Ollanta Humala, tomó una acción drástica para apuntalar a su debilitado gobierno. Después de haber descartado como “ruido político” los varios reveses enfrentados por su administración, el cuestionamiento de su integridad con relación al escándalo del espionaje ilegal, y alegatos de irregularidades financieras dirigidos contra la Primera Dama, Nadine Heredia, Humala respondió invitando a los partidos políticos a dialogar con su gobierno. En el pasado esto ha producido pocos frutos. En esta ocasión, el ruido produjo un resultado concreto: la suspensión temporal de la Dirección Nacional de Inteligencia (Dini), pendiente de una radical renovación. Este fue un gran gesto. Si será suficiente o no para contener el ruido, se puede decir que es un punto discutible.End of preview - This article contains approximately 1379 words.
Subscribers: Log in now to read the full article
Not a Subscriber?
Choose from one of the following options