El principal torneo de fútbol para los equipos nacionales de América del Sur se puso en marcha el 11 de junio bajo la nube de corrupción que pesan sobre el deporte rey. El mismo día que el anfitrión del torneo, Chile, derrotó a Ecuador 2 – 0 en el partido de apertura de la Copa América, el senado paraguayo votaba para levantar la inmunidad de la que disfrutaba la Confederación Sudamericana de fútbol (Conmebol), en medio de investigaciones encabezadas por EU sobre el organismo que gobierna el fútbol mundial, la Fédération Internationale de Football Association (Fifa). El Vaticano decidió suspender su asociación de caridad con la Conmebol debido al escándalo de corrupción. Y la Confederação Brasileira de Futebol (CBF) también eligió ese día para imponer un límite de dos periodos de cuatro años sobre los futuros presidentes de la organización, y forjar un comité de ética para abordar la cuestión de la corrupción en el fútbol.
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