El Salvador no es ajeno a la polarización política, sin embargo, los acontecimientos de la semana pasada fueron algo nuevo. El Presidente Salvador Sánchez Cerén y el gobernante de Izquierda Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) se subieron al carro de otros gobiernos de Izquierda en la región, en particular los dirigidos por el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el Presidente de Ecuador, Rafael Correa, al acusar a los grupos de oposición en El Salvador, de tratar de desestabilizar al gobierno para promover un golpe de estado. El principal partido de la oposición de Derecha, la Alianza Republicana Nacionalista (Arena), insistió en que las acusaciones eran una cortina de humo y prometió iniciar acciones legales.End of preview - This article contains approximately 621 words.
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