La presidenta Michelle Bachelet está tratando desesperadamente de detener la inexorable caída en su rating de aprobación. Después que su popularidad llegó a 24% la semana pasada, Bachelet anunció un incrementado enfoque social en el presupuesto nacional, que ella dijo que debía ser “sentido por el público”. La oposición política por su lado, buscó capitalizar las dificultades de Bachelet pidiéndole que abandone por completo su ambiciosa (y conflictiva) agenda de reforma, por el bien de Chile. Bachelet ha enviado diversos mensajes en semanas recientes prometiendo ‘realismo sin renuncia’, pero al parecer ubicando el énfasis en la segunda parte del eslogan, provocando la consternación no sólo del sector privado, sino también desde dentro de la gobernante coalición gobernante Nueva Mayoría.End of preview - This article contains approximately 297 words.
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