Cuatro manifestantes fueron muertos y 16 heridos esta semana después de violentos choques con la policía en el sitio del proyecto minero de cobre de ‘Las Bambas’, en la región serrana central peruana de Apurímac. Es amargamente irónico que los esfuerzos del Primer Ministro, Pedro Cateriano, de reavivar el proceso de diálogo con la oposición política para tratar de obtener algún espacio de respiro para el acosado gobierno liderado por el Presidente Ollanta Humala, cuyo rating de desaprobación alcanzó el 85% en una encuesta de opinión difundida esta semana, haya sido eclipsado por una protesta social contra un proyecto minero. El mandato de Humala se inició en el 2011 con una protesta similar (la de la mina de cobre ‘Conga’ en la región norteña de Cajamarca), y la incapacidad del gobierno en resolverla competentemente, estableció el tono y ha sido fundamental en la erosión en su apoyo desde entonces.End of preview - This article contains approximately 1524 words.
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