En un anuncio que ha sorprendido a pocos, el 27 de octubre el gobierno brasilero liderado por la Presidenta Dilma Rousseff revisó hacia abajo su meta fiscal primaria; el balance de su presupuesto antes de los pagos de intereses. El gobierno ahora espera un déficit fiscal primario del 0,85% del PIB, R$51mm (US$13,3mm). Muchos analistas creen que esto puede ser optimista, pues depende de al menos R$11mm en ingresos de la venta de las concesiones de 29 plantas de energía hidroeléctrica en una subasta fijada para el 25 de noviembre. Considerando los varios obstáculos legales que afrontan las compañías que actualmente operan las plantas hidroeléctricas en Brasil, en particular en la Amazonía, esto podría ser muy ambicioso. El déficit también podría crecer si el gobierno decide pagar su deuda con las entidades de crédito estatales antes de fin de año.End of preview - This article contains approximately 873 words.
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