Dos incursiones de militares y policías bolivianos en territorio chileno, en menos de una semana causaron un pico de tensión entre los dos países, antes que ambos gobiernos trataran de distender la situación. Uno de los dos incidentes ha sido explicado con cierta credibilidad; el otro no.
El 19 de mayo, una patrulla de cinco soldados bolivianos cruzó la frontera cerca de donde el río Lauca se desvía hacia el norte dentro del territorio chileno. Plantaron la bandera boliviana estableciendo una nueva marca de frontera y tomando fotos del evento. No ofrecieron resistencia cuando fueron rodeados por Carabineros chilenos (policía paramilitar a cargo de la protección de frontera), que confiscaron la bandera y la cámara. Los soldados bolivianos fueron enviados de regreso a su país. Al día siguiente el comandante de la segunda división del ejército boliviano, estacionada en Oruro, Coronel Mario Zambrano, llegó al mismo sitio y exigió la devolución de los objetos confiscados. Los Carabineros se negaron, diciendo que los habían entregado a la justicia. El coronel y sus hombres regresaron a su base.
El 23 de mayo, no lejos de donde ocurrió el primer incidente, un convoy de cinco camiones chilenos que se dirigían a Charaña, en Bolivia, fueron interceptados en su lado de la frontera por una patrulla de cinco miembros del COA (policía de control aduanero). Cuando se rehusaron a ser inspeccionados, los bolivianos abrieron fuego, hiriendo a un camionero. Los otros pidieron la asistencia de los Carabineros, la patrulla del COA huyó. Más tarde los Carabineros informaron el arresto de un subteniente de COA y cuatro hombres.
El ministro del interior de Chile, José Miguel Insulza, dijo que analizaba si estos episodios fueron 'un acto de provocación'. Dijo: 'Ellos sabían muy bien donde estaban [...] Dos casos ya no son “aislados". Hay preocupación, aunque no hablaría de alarma.' Casi instantáneamente, el gobierno boliviano se disculpó, afirmando que la patrulla del COA había sido llevada a través de la frontera debido a una emboscada de contrabandistas. Los chilenos decidieron aceptar la explicación, y el caso en la corte contra los cinco policías bolivianos fue abandonado; y fueron repatriados
inmediatamente.
Esto podría haber terminado el asunto, si no fuera por el camionero herido, que dijo que los hombres arrestados por los Carabineros no eran los mismos que interceptaron su convoy. Ese grupo, dijo, iba en un jeep, y los Carabineros interceptaron una camioneta. De eso surgió que no era una sino dos patrullas del COA las que operaron en territorio chileno, lo que de alguna manera cuestiona la explicación oficial
boliviana.
Veredicto enfada a los peruanos
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Otro vecino de Chile en el norte, Perú, reaccionó airadamente ante la
noticia que un tribunal militar había absuelto al marino que el 25 de enero
mató a tiros a un peruano que cruzó a Chile en su puesto de frontera. La
evidencia sugería que fue muerto en el suelo, cuando cayó herido. La sentencia
del tribunal, debe señalarse, no es final: debe ser ratificada por una corte
marcial. Un resultado del incidente es que el gobierno chileno ha retirado
todas las fuerzas militares de los puestos de frontera, confiando el control
total a los Carabineros. |
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