Al despertar el 1 de noviembre, Día de Muertos, los peruanos descubrieron
que una banda de unos 50 hombres armados destruyó una estación policial en
Ocobamba, Apurímac, con cohetes lanza-granadas, matando al oficial en comando,
Héctor Zegarra Bernaola, e hiriendo gravemente a otros tres oficiales. Es el
ataque más audaz desde que miembros de Sendero Luminoso secuestraron a 71
empleados de Techint, de Argentina, en junio de 2003. Pero esta vez, Sendero no
parece estar involucrado. El ministro del interior, Luis Alva, culpa del ataque
a los "narcoterroristas".End of preview - This article contains approximately 735 words.
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