Eso fue un golpe; el gobierno de facto de Roberto Micheletti fue ilegal; el congreso no tenía autoridad para remover a Manuel Zelaya del poder y la Organización de Estados Americanos (OEA) fue hallada deficiente. Debe haber sido escrito con tanto prejuicio y tan “lavado” antes incluso de ser publicado, pero el largamente esperado informe de la comisión de verdad y reconciliación (CVR) sobre los eventos que rodearon el derrocamiento de Zelaya el 28 de junio de 2009, no ha lanzado ningún golpe. Una tarea prodigiosa, distribuye la culpa casi por todas partes, pero fue inquebrantable en su categorización de la remoción de Zelaya del poder como un golpe. También hace una serie de recomendaciones destinadas a evitar eventos comparables en el futuro. Si estas serán puestas en vigencia por una asamblea constituyente permanece como un punto discutible, pero las conversaciones están en marcha.End of preview - This article contains approximately 1004 words.
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