A dos meses de su mandato, el nuevo Presidente de Haití, Michel Martelly, no parece estar apurado para formar gobierno. Martelly aún debe mostrar alguna indicación de la profesada necesidad de una “reconciliación política” que él calificó como prioridad al ganar las elecciones en marzo. Si él causó sorpresa con su primera opción de Primer Ministro, Daniel Rouzier, un empresario con supuestos lazos con los regímenes del pasado de Duvalier (1957-1986) cuyo rechazo por la legislatura controlada por la oposición no causó ninguna sorpresa, la segunda opción de Martelly, de Bernard Gousse, un abogado y ex ministro de justicia, es aún más desconcertante.
End of preview - This article contains approximately 432 words.
Subscribers: Log in now to read the full article
Not a Subscriber?
Choose from one of the following options