Ya ha pasado más de una semana desde que el Presidente Federico Franco asumió el poder, lo que significa que según su propia imprudente aseveración él ya debería haber logrado más de lo que su electo predecesor Fernando Lugo logró en casi cuatro años en el poder. Pero cuando Franco presentó su discurso sobre el estado de la nación ante una sesión conjunta del congreso el 1 de julio, él meramente se limitó a presentar una larga lista de deseos. Sus chances de cumplir sus propuestas descansan firmemente sobre cuánto apoyo deciden otorgarle los partidos de la oposición. Lo que sí está enfáticamente claro es que él no tendrá ningún apoyo hemisférico entre ahora y las próximas elecciones en abril del 2013.
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