Fue uno de esos días que hubiera puesto a prueba al político más aguerrido. La alcalde de Lima, Susana Villarán de la Puente, no sólo tuvo que enfrentar las consecuencias de una operación frustrada de la policía para desalojar un mercado callejero en la capital, que dejó dos muertos y docenas de heridos, sino que también recibió la noticia de que podría ser sometida a un referéndum revocatorio, en julio del próximo año. El día fue el jueves 25 de octubre. Dos días más tarde, como si fuera a probar la certeza del viejo adagio que dice que una semana es un largo tiempo en la política, sus perspectivas lucían mucho más brillantes.
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