El gobierno liderado por el Presidente Nicolás Maduro dice que su dura respuesta de seguridad a las continuadas protestas callejeras diarias en partes de la capital Caracas, y ciudades occidentales, es necesaria para restaurar el orden cívico y ‘pacificar’ la rebelión de seis que está siendo montada por una pandilla de fanáticos de Derecha, financiados (y potencialmente armados y entrenados) por simpatizantes en la vecina Colombia y en Estados Unidos. Esta semana, el gobierno avanzó contra otros representantes electos del partido político, Voluntad Popular (VP), acusándolos de realizar esfuerzos concertados de desestabilización. El objetivo es aislar y neutralizar a estos disidentes opositores del ala de línea dura, y ejercer presión sobre el principal líder de la oposición moderada, Henrique Capriles Radonski, para que se decida a dar pasos hacia la mesa de negociación que está siendo propiciada por el bloque regional intergubernamental, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).End of preview - This article contains approximately 1641 words.
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