La violencia en los estados de Guerrero y Michoacán durante el curso de las últimas semanas ha revivido el espectro de serias convulsiones sociales en México, a menos que el gobierno federal liderado por el Presidente Enrique Peña Nieto pueda retomar la iniciativa. Peña Nieto ha trabajado duro para crear una imagen de un México impulsado por reformas, eficiente y moderno, sólo para que las agudas preocupaciones de seguridad pública del país salten a la prominencia global con el secuestro y presumido asesinato de 43 estudiantes de magisterio en Iguala, Guerrero, en septiembre, y desde entonces su gobierno ha sido golpeado por la erupción de violentas manifestaciones.End of preview - This article contains approximately 1186 words.
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