La mayor parte de América Latina se para antes de la Navidad, pero Cuba habitualmente arranca. El fin de 2011 no fue diferente. El Presidente Raúl Castro eligió la ocasión de la sesión de cierre de la reunión bianual de la asamblea nacional, el 23 de diciembre, para anunciar el perdón de alrededor de 3.000 prisioneros. También anunció la expansión del sector privado en su esfuerzo en marcha para modernizar el Estado, mejorar la eficiencia e incrementar la producción interna de alimentos. El ritmo de la reforma, sin embargo, aunque rápido para los estándares cubanos, es muy lento para muchos. La ampliamente anticipada remoción de las restricciones a los viajes no está próxima; Castro, determinado a no ser apresurado, solamente prometió “cambios graduales”.End of preview - This article contains approximately 721 words.
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