Nunca hay un buen momento para que un gran terrateniente describa a los campesinos de subsistencia como haraganes y sugerir que deben ser tratados a palos. Para Tranquilo Favero, el mayor productor individual de soja en Paraguay, la oportunidad difícilmente podría haber sido peor. El gobierno había declarado la emergencia alimentaria ante la seria sequía en Paraguay cuando Favero, un Brasilero-Paraguayo, dijo al diario Folha de São Paulo de Brasil que los campesinos sin tierras paraguayos eran haraganes y poco colaboradores: “Es inútil lidiar con diplomacia con los sintierras. Ellos deben ser tratados como mujer de malandro, que sólo obedece a base de palos.”End of preview - This article contains approximately 706 words.
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