Los horrorosos eventos en la prisión de alta seguridad de Apodaca, en las afueras de Monterrey, donde un motín produjo la muerte de 44 reclusos y la fuga de otros 30 a tempranas horas del 19 de febrero, han oscurecido la clara evidencia que, nacionalmente, la situación de seguridad está comenzando a mejorar. Lo que hace distintivo el mejoramiento en el 2012 de otros (falsos) albores es que las autoridades ya no parecen estar empujando la violencia relacionada con las bandas criminales de un lugar a otro. Crucialmente, el cinturón central del Estado de México y el Distrito Federal, no han visto sus tasas de asesinatos elevarse. El Estado, sin embargo, ha visto algunos eventos horribles este año, notablemente el linchamiento de (en realidad, fueron quemados vivos) tres hombres jóvenes, el 10 de febrero, en San Mateo Huitzilzingo en Chalco. El supuesto cabecilla de los ‘vigilantes’ es un ex oficial auxiliar de policía del Distrito Federal.End of preview - This article contains approximately 1156 words.
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