El Presidente Michel Martelly está condicionando la realización de las elecciones del senado, ya retrasadas, a la aprobación por parte de los parlamentarios de Haití de su opción para primer ministro. Esto es audaz y temerario. Las elecciones son un requerimiento constitucional; Martelly no tiene control, bajo la constitución, acerca de cuánto tiempo le toma al parlamento aprobar su nominación para primer ministro. Haití parece estar encaminado a semanas, si no meses, de inestabilidad política, justo cuando hay crecientes signos de que la violencia, que la misión de estabilización de la ONU (Minustah) había logrado reducir durante el curso de los últimos ocho años, está aumentando de nuevo.End of preview - This article contains approximately 1097 words.
Subscribers: Log in now to read the full article
Not a Subscriber?
Choose from one of the following options