Las esperanzas en que las treguas negociadas entre las pandillas callejeras locales (‘maras’) en El Salvador y Belice podrían ofrecer una respuesta a la crisis de seguridad que aflige al istmo han comenzado a desvanecerse. Mientras hubo un impacto tangible sobre las tasas de homicidios registradas en ambos países –los dos países, en setiembre del 2011 fueron agregados por primera vez a la lista de los ‘Mayores’ del gobierno de EU (Países con Mayor Tránsito de Drogas Ilícitas o de Mayor Producción de Drogas Ilícitas)– los límites de esta estrategia rápidamente se han vuelto evidentes.
End of preview - This article contains approximately 459 words.
Subscribers: Log in now to read the full article
Not a Subscriber?
Choose from one of the following options