Después de meses de espera, la legislatura unicameral de Nicaragua de 92 bancas ha aprobado la propuesta de reforma fiscal del Presidente Daniel Ortega. Tal como fue el caso con su reforma fiscal del 2009, el nuevo proyecto de ley que fue acordado con el lobby del sector privado, Cosep, no introduce grandes cambios estructurales, exponiendo una vez más la diferencia entre la retórica radical de izquierda de Ortega y sus políticas pro-empresas. La reforma tampoco aborda la cuestión de las exenciones o exoneraciones fiscales –que desde hace tiempo es una exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). Pero a pesar de esto, un nuevo acuerdo con el FMI parece estar en el horizonte. La cooperación con EU y las organizaciones financieras multilaterales también parece estar tan fuerte como nunca, pese a las preocupaciones sobre la transparencia planteadas después
de la reciente votación municipal del 4 de noviembre [
IL-12-45].
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