El Presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, está enfrentando la mayor prueba desde que el gobierno de centro-izquierda de su Partido Acción Ciudadana (PAC) asumió el poder en mayo del 2014. Los alegatos de corrupción oficial que surgieron el mes pasado ya han forzado la renuncia de un alto funcionario, Daniel Soley, el viceministro de la presidencia, mientras que el propio jefe de Soley, Melvin Jiménez –mano derecha de Solís– también está afrontando pedidos para que renuncie. Con su rating de aprobación en su punto más bajo desde que asumió la presidencia, Solís se encuentra bajo presión para cumplir una importante promesa de su campaña electoral –aplicar severas sanciones sobre la corrupción oficial. Las preocupaciones sobre la transparencia fueron un importante factor en la perenne impopularidad de la predecesora de Solís, Laura Chinchilla (2010-2014), y su Partido Liberación Nacional (PLN). Además, el principio fundador del PAC ha sido el combate a la corrupción.End of preview - This article contains approximately 1676 words.
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