Los sondeos de antes y después de las grandes protestas anti-gobierno del domingo 15 de marzo en Brasil, muestran que la principal motivación de aquellos que salieron a las calles en la ciudad de São Paulo y en otras partes, fue la corrupción. Según Datafolha, el 47% de los presentes citaron la corrupción como la razón de su presencia; solamente el 27% exigía el juicio político de la Presidenta Dilma Rousseff. Siendo así, el gobierno ha respondido con un paquete de medidas anti-corrupción, pero sólo un elemento puede aplicarse sin la aprobación previa del congreso federal. Asegurar el apoyo legislativo para una reforma más profunda es probable que resulte un desafío, teniendo en cuenta la ponzoñosa atmósfera generada por la investigación de los actos ilegales en Petrobrás, la compañía petrolera estatal. Mientras tanto, los activistas quienes organizaron las demostraciones del 15 de marzo ya están planeando otra manifestación para el 12 de abril.End of preview - This article contains approximately 1412 words.
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