El Arzobispo Óscar Arnulfo Romero, el hijo más famoso de El Salvador, fue beatificado el 23 de mayo, poco más de 35 años después de que fuera infamemente asesinado mientras celebraba la misa. Romero tuvo el coraje de hablar claro contra la violencia promovida por el Estado, ordenando a los soldados a que no sigan matando a inocentes civiles, y ese coraje lo pagó con su vida; su asesinato fue el catalizador para la guerra civil que hizo estragos en el país desde 1980-1992. En una amarga ironía, la beatificación tuvo lugar en momentos en que El Salvador está experimentando el peor brote de violencia desde la guerra civil, con los batallones de elite del ejército saliendo a las calles para combatir a las pandillas callejeras o maras, actualmente enzarzadas en una brutal guerra territorial, y con rumores de que los escuadrones de la muerte una vez más estaban operando en el país [IL-15-17].End of preview - This article contains approximately 507 words.
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