En la segunda huelga general del 2015, los sindicatos opuestos al gobierno de la Presidenta Cristina Fernández lograron parar todos los servicios del transporte en las más grandes ciudades de la Argentina, incluyendo Buenos Aires, el 9 de junio. Tres sindicatos del transporte están protestando contra la decisión del gobierno de imponer un límite del 27% a los aumentos salariales este año, alegando que la cifra no llega al 30% de inflación pronosticada para el 2015. Los sindicatos también quieren que el umbral del impuesto a las ganancias se eleve para permitir a los trabajadores pobres llevar más de su salario a casa. Aunque la huelga fue exitosa en paralizar partes de la capital, la respuesta del gobierno sugiere que un avance importante en las negociaciones es improbable.End of preview - This article contains approximately 807 words.
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