La Presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, hizo un gol en contra la semana pasada al permitir que sus ministros del gabinete pidan la introducción de un nuevo impuesto, sólo para dar marcha atrás ante las fuertes críticas. Mientras tanto, su Vicepresidente, Michel Temer, del disidente partido aliado del gobierno, el Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB), continuó distanciándose del gobierno, protagonizando una nueva campaña publicitaria exigiendo un “cambio” en Brasil, una movida vista como un anuncio muy público de que él está listo para reemplazar a su jefa.End of preview - This article contains approximately 905 words.
Subscribers: Log in now to read the full article
Not a Subscriber?
Choose from one of the following options